Todavía hay una inmensa parte de la población mundial que está subalimentada o sufre inseguridad alimentaria. Algunas de las causas de esta situación están relacionadas con el clima, los conflictos, los mercados de trabajo, los sistemas de suministro de alimentos, la nutrición, la exclusión social y los medios de subsistencia. Las nuevas tecnologías y herramientas se pueden utilizar para detectar y predecir las tendencias de la inseguridad alimentaria meses antes de que ocurra, lo que permite a los agricultores y productores de alimentos aumentar su capacidad de adaptación.